jueves, 29 de diciembre de 2011

Al borde del peligro

Creo, que me estoy adentrando en un bosque peligroso donde los árboles no son muy frondosos y cualquiera podría descubrirme. Estoy avanzando hacia el posible territorio enemigo, en el cual dudo que no sufra, pero es algo que no puedo evitar, pues es demasiado tarde para retroceder. Ahora mismo sigo un poco dudosa sobre el camino que mi corazón quiere tomar, pero por lo que llevo observando desde hace un tiempo, creo que está claro que se siente atraido por uno de ellos, que ve algo en uno de ellos que no ha visto en ningún otro lugar, pero me asusta adentrarme en él sin saber bien en la situación en la que me estoy metiendo. Una vez que se ha adentrado en ese camino, es tan especial, que no escucha ni su propio latido, todo lo que hay al rededor suyo se vuelve invisible, mas solo ve lo que hay en el, solo oye lo sonidos que ese camino desprende, las sensaciones que este le transmite, que suelen ser muy contradictorias, pero intensas. Aun sintiendo todo lo anterior, no me encuentro del todo cómoda en él, y siento que no puedo ser yo misma por completo; no he encontrado el equilibrio aún, en el borde de el abismo, y eso me hace sentir insegura. Pero cada vez que paseo por el, cada vez que pongo un pie sobre su fina y cálida hierva, cada vez que me aíslo en él, siento que, por cada momento que pasa, encajo más en ese lugar, aunque durante el trayecto siempre halla algunos baches.

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